Thursday, August 27, 2009

4to día en Vietnam: Hue

Pasé todo el día en Hue. Para moverme decidí contratar un auto con chofer durante todo el día. El costo era de 1.100.000 VND (unos 60 USD :-P) y estuvieron bien gastados.
Hue está a unas 3 horas de Da Nang, no por la distancia sino por cómo es la ruta y por el tráfico que suele haber.

Hue era una antigua capital de Vietnam donde hoy uno puede encontrar tumbas de emperadores y la ciudadela imperial, además de la ciudad en sí. El motivo de mi visita eran ver la primeras dos. Las tumbas eran realizadas por los emperadores en vida para su misma muerte. En varias ocaciones se terminaban luego de su fallecimiento, pero no en todos los casos. Cuando estaban acabadas en vida, simplemente las usaban para descanzar o como segunda vivienda. Todas las tumbas se encuentran en las afueras de la ciudad.

Las principales tumbas son: Minh Mang, Khai Dinh, Tu Duc. Cada una totalmente adecuada a la personalidad del emperador en cuestión. La de Khai Dinh llena de influencia occidental por ser en períodos de la colonia francesa. La de Tu Duc fue morada para su romanticismo y desenvolvimiento como poeta, artista y amante al por mayor.
Más destacado en la tumba de Tu Duc, se utilizá un ataúd simbólico para poder hacer la ofrenda, y al mismo tiempo por querer ocultar el lugar del entierro donde se encuentran varias riquesas.

La ciudadela es deslumbrante y revela solo por la arquitectura y diseño mucho del modo de vida imperial. Toda la ciudadela estaba reservada para la familia imperial y los sirvientes directos, entre ellos los mandarines del emperador. Hay varias entradas, al frente: la del emperador, otras dos para los mandarines, otras dos para los elefantes; en un costado la de los hombres y al otro costado la de las mujeres.

Mucho fué destruido por la guerra, en especial la sección que corresponde a la vivienda del emperador (sólo él). Los hijos vivian en otra sección y las amantes en otra. Solo un emperador tuvo una casa más occidental donde vivió con su única mujer e hijos.

La ciudadela contaba con varias construcciones simples, sin paredes interiores pero con funciones bien definidas. Dos para que los distintos tipos de mandarines se preparen y esperen a reunirse con el emperador, otra para honrar a los emperadores pasados, otra para cocinar, etc.

Caminar por las calles internas es muy pacífico, pero al mismo tiempo hay ruinas de la época de la guerra que lo llenan a uno de escalofrios. Por suerte a lo largo del día realicé recorridos guiados que me entretuvieron con los chismes de los distintos emperadores.

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